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Cooperación internacional impulsará la transformación económica

Fecha de publicación
11-03-21
estrategia 2050
  • La Unión Europea, la República Federal de Alemania, el BID y el PNUD financian la implementación de la Estrategia Territorial Productiva para una Economía Inclusiva y Descarbonizada 2020-2050.
  • Acompañamiento financiero supera los US$ 17,5 millones y respaldará la ejecución de la estrategia por 5 años.

La cooperación internacional no reembolsable es pieza angular para la materialización de la Estrategia Territorial Productiva para una Economía Inclusiva y Descarbonizada 2020-2050 presentada hoy por el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan).

La Unión Europea (UE) acordó un aporte de EUR 1.225.000 con este fin, mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destinará US$ 2,77 millones mediante recursos no reembolsables. Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ejecutará US$ 10,6 millones y la República Federal de Alemania, a través de la Agencia de Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ, por sus siglas en alemán) destinará US$2,7 millones para proyectos en adaptación y mitigación alineados a la estrategia en los próximos cinco años, en el marco del proyecto Acción Clima III.

Apoyo desde Europa

La cooperación acordada por la Unión Europea a esta estrategia forma parte de la Facilidad Regional para el Desarrollo en Transición y su impacto en los países socios para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en América Latina y el Caribe. Su fin es apoyar iniciativas innovadoras y respuestas específicas a países en transición hacia rentas más altas e impactar el logro de los ODS. Aparte del monto indicado, un 35% adicional corresponde a la contrapartida que brindarán las instituciones públicas y se ejecutarán por un periodo de 30 meses.

Esta iniciativa busca diseñar y explorar el potencial de una cooperación internacional innovadora y más ambiciosa entre Costa Rica y la UE que permita contribuir en intervenciones críticas en los territorios, para la regionalización e implementación de la estrategia territorial. Los fondos impulsarán el ecosistema de polos de desarrollo mediante intervenciones clave, conformadas por gasto de capital enfocado en aspectos estratégicos y la atención de brechas.

La Embajadora de la Unión Europea en Costa Rica, María Antonia Calvo Puerta, comentó: “en un marco donde Costa Rica está lanzando su visión de desarrollo a largo plazo, me honra afirmar que la UE será un socio y acompañará al país en el logro de esa visión. La Unión Europea y Costa Rica compartimos lazos históricos y una visión común hacia el futuro: un futuro descarbonizado, digital y anclado en el territorio”.

El Gobierno de la República Federal de Alemania, a través de la cooperación alemana, por su parte, ha previsto un aporte de US$ 2,7 millones para proyectos en adaptación y mitigación alineados a la estrategia en los próximos cinco años. Alemania apoya a Costa Rica en el desarrollo e implementación de estrategias y planes de acción nacionales para una economía neutra desde el punto de vista del clima y libre de emisiones de carbono, así como en temas de biodiversidad, energías renovables, el uso de tecnologías innovadoras y sostenibles y, en general, el desarrollo económico sostenible. La GIZ está encargada de la elaboración e implementación de los proyectos en el marco del proyecto Acción Clima III con Mideplan.

“El análisis de importancia estratégica preparado cuidadosamente por Mideplan con apoyo de la cooperación alemana, no es flor de un día. Es prioritario para Costa Rica que los resultados se conviertan en una guía a largo plazo, en diálogo con todas las fuerzas políticas y de la sociedad civil y, especialmente con las municipalidades, y sobre todo que las metas propuestas se hagan realidad,” indicó la embajadora de la República Federal de Alemania en Costa Rica, Martina Nibbeling-Wriessnig. “Nosotros estamos muy orgullosos de contribuir a los planes de Costa Rica para un desarrollo sostenible y nuevos impulsos para su desarrollo económico”, agregó.

Desde los organismos multilaterales

Asimismo, el PNUD estará ejecutando US$10,6 en línea con la Estrategia Territorial Productiva para una Economía Inclusiva y Descarbonizada 2020-2050. Por un lado, ejecutará US$10,3 millones en el Proyecto Transición a una economía verde, recursos provenientes del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), el cual tiene como objetivos contribuir con la descarbonización de la Gran Área Metropolitana, apoyar reformas legales y fiscales y mejorar las políticas y los marcos de planificación urbana. Y, por otro lado, invertirá US$350.000 para la realización de esta estrategia, por medio de su Facilidad de Financiamiento Rápido, que proveerá la asistencia técnica necesaria para darle un enfoque de economía con perspectiva de interseccionalidad de género; generación de Mapas de Inversiones y su respectivo geoposicionamiento en una plataforma digital. Además, de la modelación econométrica necesaria para planificar la transición.

En ese sentido, José Vicente Troya, representante del PNUD comentó que “la recuperación del COVID-19 es una oportunidad para restablecer el equilibrio entre las personas y el planeta, una oportunidad para implementar una respuesta multidimensional y multisectorial con un claro énfasis en la protección de las poblaciones en mayor condición de vulnerabilidad, una oportunidad para avanzar hacia la reducción de riesgos, la prosperidad y la resiliencia. Por ello el PNUD, en coordinación con las autoridades nacionales, ha movilizado US$10,6 millones para apoyar la transición a una economía verde e inclusiva”.

Los fondos no reembolsables aportados por el BID, por un monto total de US$2.770.000,  provienen de distintas cooperaciones técnicas que buscan apoyar la Estrategia Territorial en temas como la gestión y monitoreo de los avances, para asegurar que estén alineados al Plan Nacional de Descarbonización, la implementación de soluciones basadas en la naturaleza y agricultura climáticamente inteligente, así como para la transformación del sector energético hacia una economía descarbonizada, la modernización del transporte público y el modelo de buses eléctricos.

José Ramón Gómez, representante del BID en Costa Rica comentó: “una de nuestras prioridades en el BID es apoyar la descarbonización de la economía, porque sabemos que genera beneficios no solo para el ambiente sino también en el aumento de la productividad y el crecimiento. A través de diversos recursos no reembolsables, acompañamos al país para alcanzar sus metas en áreas estratégicas como el transporte, la energía y la agricultura.”

Adicionalmente, la inversión del BID, en general, busca la articulación del territorio, por ejemplo en programas de infraestructura, tal como el Programa de Redes Cantonales para el mejoramiento vial de las vías periféricas en todo el país.

“Esta estrategia es una ruta crítica de reactivación económica pos-COVID-19 y nos emociona contar con el apoyo de la cooperación internacional, nos emociona pensar que su apoyo va a ser clave para conducirnos al desarrollo inclusivo, descarbonizado y a la altura de los países con las mejores prácticas del mundo”, explicó María del Pilar Garrido Gonzalo, ministra de Planificación Nacional y Política Económica.

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